Y menos mal, porque estaba para tirar la toalla. Vistos los escasos resultados de las bajadas que había hecho por mi cuenta, había empezado a pensar que aquello era chunguísimo, que no era para mi, etc, etc. Hasta estaba pensando en poner a la venta mi equipo de Tele. :frown:
Pero quiso la casualidad que para cerrar temporada nos acercáramos a Livigno, y a última hora del último día me decidí a coger un profesor.
La verdad que lo hice más por vergüenza que por ganas: no podía irme de la cuna italiana del Telemark sin haber cogido al menos un par de horas. (Sobretodo después de haber dao tanto la vara con lo del Telemark):facepalm: Y la verdad, que bien que me decidí a coger clases; aunque fui cargada de desconfianza (y si no me sale nada, y si el tipo no me gusta, etc, etc), todo salió fenomenal. El maestro fue directo al grano, y dándome un par de instrucciones, me hizo colocar el cuerpo de manera que pude por fin empezar a hacer algo que se pareciese a Telemark. ¡Que triunfada! :crying::bounce: Hizo magia el tío. :chine:
Ahora sólo quiero que caiga el primer copo para volver a coger los esquís de Tele y repetir el sueño, convencerme de que fue verdad que yo hice aquello.:lol2: Mientras tanto, he tomado notas de todo lo que me dijo y de vez en cuando hago repaso mental de las sensaciones para grabármelas bien en la cocorota. Por si alguien no se lo cree, aquí el vidrio:
Sí, ya sé que más que esquiar voy deslizando, pero para mí que estaba a un paso de vender los esquís de Telemark, esto es un triunfo.:burla: Ale.